sábado, 14 de febrero de 2009

Medición de la Pujada a Montí

El domingo pasado un grupo de socios del Club Atletisme Onda dirigidos por Andrés Tomaseti, tomaron la mochila, el GPS y el bocadillo, y saliendo desde el polideportivo viejo hicieron andando el recorrido de la próxima VI Pujada a Montí, con el fin de verificar la distancia, que al final ha quedado en 20 kms. de nada, y sobre todo comprobar que las pistas elegidas son las adecuadas para que todo el mundo lo pase lo mejor que pueda.

Ya sabemos que la salida y entrada a Onda son inevitablemente de asfalto, y en el caso de la salida en dirección a les Penyes Aragoneses son 3 los kilómetros de asfalto, hasta que nos adentramos por el camino del nuevo Club de Campo y empieza la senda de tierra que nos lleva enmedio de un paisaje muy arbolado hasta les Penyes Altes.

Al llegar a ese punto, que se corresponde con el kilómetro 7 del recorrido, los corredores encontrarán el primer puesto de avituallamiento, y empezará lo bueno, porque si ese primer tercio de la carrera es bastante llano, o con desniveles de poca importancia, en les Penyes Altes da comienzo la primera subida.





Realmente quien escribe estas líneas ya no se acordaba demasiado, porque solo hizo la II Pujada, y del kilómetro 7 al 8 pues mira, tira que te va. Hasta nos hicimos una foto después de pasar una zona en donde había unos almendros en flor, todo como muy primaveral. Una subida tranquila, porque el día la verdad que acompañaba.

Pero ¡ay amigo! del kilómetro 8 al 9 y un poco más, es como si empezase la pesadilla de la pelicula, porque lo que era un camino amable se convirtió en una cuesta de tal desnivel, que ni el GPS podía medirlo. Dicho de otro modo, seguro que es en ese kilómetro donde se decide la prueba.

Esa es la subida que nos lleva hasta la Penya Negra, así llamada -digo yo- porque las rocas tenían un color oscuro, aunque si alguien quiere identificarla lo tiene fácil, porque daba la impresión de que la Penya llevaba una bufanda blanca, en forma diagonal, casi dándole la vuelta.

En esa cuesta se acabaron las risas para algunos, no para Andrés Tomaseti ni para Paco Calero, que la subieron como si nada, pero en todo caso si alguien nos pregunta (y como que nadie lee este blog), lo negaremos todo, y diremos que esta subida es como tomar un café "intenso", pero que se acaba enseguida.



Al llegar arriba, sorpresa. Nos encontramos al Presidente de nuestro Club, que había dicho que venía, luego que no, y luego lo volvió pensar y por un atajo nos lo encontramos cuando iba a empezar a almorzar mientras nos esperaba.

Buena idea, en lo alto de esa "pirámide" era un buen momento para reponer fuerzas y seguir adelante. Lo podeis ver en la foto.



Uno recordaba que después de la primera subida quedaban otras dos muy fuertes. Pero, ahora en serio, resulta que no, porque en estos últimos años se ha modificado el trayecto, y se ha hecho más dulce.

De manera que bajamos un largo tramo, en medio de un paisaje abierto y claro, que nos permitió ver dentro del mar hasta las islas Columbretes, y por supuesto que Penyagolosa en el interior; y seguimos bajando para luego volver a empezar a subir en dirección a la cuesta de la Caseta de Marimón, que nos queda a la derecha, y que no se sube por la pendiente más pronunciada, sino por una más suave y agradable que, encima, tiene la particularidad de que en buena parte está siendo limpiada por los Pepes, dos voluntarios que los fines de semana aprovechan parte de la jornada para, azada en mano, ir limpiando unas sendas que facilitan el paso a excursionistas y a corredores locos como nosotros.





Precisamente en el desvío a la caseta de Marimón estaban los dos Pepes almorzando, después de haber llevado a cabo el trabajo de ese día.

Seguimos adelante, volvemos a bajar un poco e iniciamos la tercera cuesta, en dirección a Montí, pero no al Montí mayor, sino al Montí menor, el anterior, para lo cual previamente hay que pasar por les Carrasquetes de Vidal y una vez superadas nos queda justo delante los dos Montís y a la izquierda, fuera de nuestro recorrido pero no de nuestra contemplación, el magnífico Tossal de l'Espino, más alto que el Montí.

La subida al Montí menor no es muy dura, aunque tiene un trocito con una pendiente un poco pronunciada, pero se pasa bastante deprisa y enseguida se llega arriba.

En ese punto uno pensaba que aún faltaba llegar al Montí mayor, pero resulta que tampoco, porque por los cambios citados desde aquí comienza la baja, rápida, puede ser muy rápida, y fácil, porque realmente es muy fácil, en dirección a la Font del Retor y Santa Bárbara.

En la zona de la Font hay otro tramo de senda limpia, al parecer aquí el voluntario que lo hace es el Xato, y con esa ventaja, en menos que canta un gallo el corredor llega al camino que, a la izquierda, te lleva a Santa Bárbara.

Rodeamos el montículo de la ermita por la parte izquierda y ya bajamos en dirección a Onda. Pasaremos cerca el Carmen, cruzaremos el río, que en ese momento llevaba agua, pero había una pasarela así como un tanto provisional, y por la urbanización Nueva Onda, donde de nuevo comienza el asfalto, y por la Serratella llegaremos a la meta, también en el polideportivo viejo.

En definitiva, el que se queje de esta carrera es porque quiere. És fácil a la ida y a la vuelta, y solamente tiene un momento "intenso" en el km. 8 al 9. El resto puede recorrerse con mucha facilidad.

De manera que ánimo y a apuntarse todo el mundo.

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